Segovia celebra el XXVIII Día de la Solidaridad de las Ciudades del Patrimonio Mundial

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Foto: segovia.es


El 8 de septiembre de 1993 se creó en Fez (Marruecos) la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial (OCPM). En conmemoración de ese importante acontecimiento, el 8 de septiembre fue declarado Día de la Solidaridad de las Ciudades del Patrimonio Mundial y todas las ciudades integrantes están invitadas a conmemorarlo cada año.


En 2021 el lema elegido es Calidad de vida en los centros históricos. Este lema además da título a un proyecto, coordinado por las ciudades de Angra do Heroísmo y Bruselas, en el que la OCPM viene trabajando desde 2020. El programa tiene por objetivo el aumento de la calidad de vida de los residentes en los centros históricos. Entre los fines que persigue está la disminución o eliminación de los principales problemas existentes en la actualidad en la mayoría de los centros históricos, tales como la despoblación, la gentrificación, la saturación de actividades culturales o turísticas en los centros históricos, abundancia de solares abandonados, la falta de aparcamientos y otros servicios básicos como recogida selectiva de basuras, transporte públicos, iluminación, la proliferación de viviendas turísticas, la falta de seguridad, la renovación y mantenimiento de las vías públicas y de las viviendas de los residentes.


Segovia es miembro de la OCPM desde 1993. En esta ocasión, Turismo de Segovia conmemora el XXVIII aniversario de esta efeméride invitando a todos los ciudadanos y visitantes a participar en el izado de la bandera de la Organización de las Ciudades Patrimonio Mundial. El acto tendrá lugar en el Centro de Recepción de Visitantes (Azoguejo) a las 10:30 horas.


Asimismo, a las 18:00 horas, se ha programado una visita guiada para incidir en la concienciación sobre los aspectos que afectan a los centros históricos. La visita, bajo el título ‘Desde el Azoguejo a la Plaza: el cuarto de estar de los segovianos’ estará guiada por Alberto García Gil, arquitecto especializado en Urbanismo y Restauración de Monumentos que formó parte de la dirección de las obras de restauración del Acueducto en 1970, y también del comité de la UNESCO que redactó la Convención del Patrimonio representando a España, donde propuso la creación de la Lista del Patrimonio Mundial. Entre su dilatada experiencia, ha sido, además, Jefe de los Servicios Técnicos de la Comisaría General del Patrimonio.


Las plazas para participar en la visita guiada son limitadas. Las entradas, cuya tarifa es de 10 euros, están a la venta en la Central de Reservas de Segovia (Centro de Recepción de Visitantes) y online en www.turismodesegovia.com


Además, Turismo de Segovia publicará este día en sus RRSS el vídeo La Lista del Patrimonio Mundial. La idea española que la originó. En el vídeo,  Alberto García Gil relata su vivencia personal y profesional en la convención de 1972 para la Protección Mundial Cultural y Natural, donde se estableció que ciertos lugares de la Tierra, con valor universal excepcional pertenecieran al patrimonio común de la humanidad.


Visita guiada. Desde el Azoguejo a la Plaza:

El cuarto de estar de los segovianos

(Autor: Alberto García Gil)


La Calle Real está hecha de la vitalidad de la gente, tiene el sabor de la sucesión de las generaciones y es la expresión más fiable de una historia común identificadora. Sintetiza la aventura colectiva y es, por ello, médula de la imagen de la Ciudad. Antes de las franquicias globalizadoras, reunía el comercio más interesante y variado. Antes de los ensanches desalmados, acogía las oficinas importantes, la Notaría, el Banco, la Imprenta, el Fotógrafo de bodas y comuniones. En Segovia, la Calle Real ha sido la expresión sugestiva y entrañable de unos avatares que, con sus grandezas y miserias, son los nuestros y nos hacen sentirnos en casa: es el cuarto de estar en el que hemos crecido, donde todavía se produce el encuentro insistente con el vecino que es la base de la vida provinciana. Aquí se marcan al prójimo los tres grados de la cordialidad: el simple saludo, el doble saludo (a la vista y al paso), el pararse a charlar. El encomiable afán modernizador y los años de racionalismo mágico en superación, no impide que los nuevos tiempos reclamen como fundamental el reencuentro con el escenario identificador; la recuperación de sentimientos personalizadores. Trasnochados el acero inoxidable, minimalismo y downlights, se empieza a valorar la personalidad de una adecuada y tradicional diversidad. 


No se trata de nostalgia por la desaparición de la tienda de sombreros, con sus columnas de fundición y grandes mostradores de madera; de la librería religiosa con su decoración de madera pintada; de la tienda de ultramarinos cuya fachada decoró Zuloaga con cerámicas; de la perfumería que diseñó Pagola y se cepillaron sin escrúpulos; de la farmacia que perdió su extraordinario rótulo de hierro forjado; de la pequeña ferretería; del gran café; de la tienda de tejidos; de la de chismes eléctricos con sus viejecitos…Lo progre es recuperar imágenes perdidas. Nuestro paseo propone que, levantando la vista por encima de los escaparates monocromos, descubramos en nuestra Ciudad esa parte recatada que, para muchos, aparecerá como insólita; como si no hubiera estado siempre ahí. Y vamos a caminar por nuestra Cultura, desde el Azoguejo hasta la Plaza leyendo las casas, los espacios urbanos, el recorte del cielo. Y el tiempo, siempre presente. Y la luz, siempre cambiante, y el poso indescriptible que solo puede percibirse interiorizando sensaciones que aún no han sido escritas.

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