Según un estudio realizado por científicos estadounidenses y publicado en la revista Science, durante los próximos años la COVID podría experimentar determinados cambios, aunque esta vez, para bien.
Y es que, tras un año coviviendo con el SARS-CoV-2 y diversas mutaciones que le convierten en más virulento, al fin llegan buenas noticias en referencia a su evolución. Y estas son que, en los próximos años, "probablemente entre 1 y 10 años, dependiendo de cómo se pueda controlar su expansión" tal y como declara en El País la investigadora Jennie Lavine, el virus reduciría considerablemente su letalidad (incluso, por debajo de la gripe común) y provocaría síntomas mucho más leves.
Sin embargo, pasaría de ser una enfermedad pandémica a endémica, es decir, quedándose así para siempre, pero de manera mucho menos virulenta. La otra noticia negativa es que afectará especialmente a niños, aunque nada preocupante, debido a que solo podrían padecer un simple catarro.
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