Terminada la restauración del esgrafiado renacentista del Torreón de Lozoya de Segovia

|


Proceso de reintegraciu00f3n de las zonas perdidas


Ha concluido la restauración del esgrafiado renacentista del Torreón de Lozoya que ha sido desarrollada por la Escuela de Arte y Superior de Diseño ‘Casa de los Picos’ de Segovia en el marco del programa de ‘Formación Práctica en Empresas, Estudios y Talleres’, que impulsa la Junta de Castilla y León, en colaboración con la Fundación Caja Segovia. La restauración ha sido supervisada por la profesora de la Escuela de Arte María Anunciación Cubero Ramos y por el director de la Fundación, Rafael Ruiz Alonso, quienes han dirigido el trabajo de los alumnos del Ciclo Formativo de Grado Medio de Revestimientos Murales, Carolina Alcalá Cárdenas, Miguel Arévalo Gaitero y Asier Sanz Montesinos.


La actuación llevada a cabo ha consistido en la restitución de aquellas partes dañadas de la intervención de los años sesenta-setenta, afectadas por la desintegración de su mortero, así como por humedades, aplicando en ellas el procedimiento original renacentista. No obstante, se ha puesto especial empeño en que los vestigios originales, así como las dos campañas de restauración sean distinguibles, siguiendo los criterios habituales en este tipo de intervenciones.


Un esgrafiado muy especial en el contexto segoviano


La galería porticada que se abre al jardín del Torreón de Lozoya cuenta con el ejemplo más sobresaliente del esgrafiado renacentista segoviano. Su realización ha de situarse unos años después de 1563, puesto que el 31 de agosto de ese año el inmueble fue adquirido por María de Peralta en nombre de su marido, Francisco de Eraso, quien reconvirtió el caserón medieval en un imponente palacio renacentista.


En el revestimiento de las dos alturas de esta galería -y seguramente en otros espacios del edificio- se empleó un tipo de esgrafiado muy distinto al que un siglo antes se había utilizado en los muros externos del Torreón que da acceso al conjunto, decorado con circunferencias tangentes en relieve, de carácter mudéjar. Por entonces -durante la segunda mitad del siglo XV-, se estaba experimentando en Italia con otro tipo de esgrafiado más sutil, caracterizado por el empleo de un revoco de fondo en color gris y un enjalbegado superficial, que se aplicaba a una decoración figurativa y ornamental, alejada de los patrones geométricos segovianos. En los años 30 del siglo XVI, esta técnica -que será descrita por Giorgio Vasari en ‘Las Vidas’ (1550)- llegó a España, encontrando también acomodo en la arquitectura segoviana. El Torreón de Lozoya constituye un caso absolutamente singular en la arquitectura occidental, al presentar en sus muros amplios testimonios de estas dos vertientes del esgrafiado europeo. Además, su esgrafiado renacentista es el de mayor calidad del área segoviana, integrando en su programa ornamental el repertorio más numeroso y variado de toda la provincia: volutas pobladas de seres fantásticos, centros florales y vegetales, grutescos, tondos con personajes, balaustradas y columnas fingidas, bucráneos, panoplias, jinetes, etc.


A pesar su innegable belleza, en un momento que se desconoce, los esgrafiados renacentistas del edificio fueron ocultados y no sería hasta el siglo pasado cuando la restauración del inmueble por la extinta Caja Segovia propició su recuperación. Así, en la memoria del ‘Proyecto de Restauración de la Torre de Lozoya en Segovia’, firmado por Joaquín Vaquero el 1 de marzo de 1968, se especificaba que había que restaurar las antiguas chimeneas de leña, los zócalos de azulejos, los esgrafiados, hoy ocultos, de las galerías, los techos pintados y la decoración que hubo en las fachadas y muros que circundan el patio-jardín”. De seguro, la empresa que intervino en el descubrimiento de estos esgrafiados debió quedar bastante sorprendida por la técnica utilizada, puesto que el procedimiento ‘italiano’ se había olvidado en la ciudad y provincia, aunque pervivían entre los artesanos los procedimientos medievales, completamente diferentes.


Fue por ello que las zonas del esgrafiado que se habían perdido -curiosamente muy pocas, exceptuando el zócalo de la planta baja- se restituyeron con un tipo de esgrafiado distinto al original, algo que se percibe a simple vista. Sin embargo, en los años ochenta del siglo pasado, alumnos y profesores de la antigua Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Segovia ‘Casa de los Picos’ llevaron a cabo varios experimentos para recuperar el procedimiento italiano, tomando como apoyatura la descripción del mismo que hiciera Giorgio Vasari a mediados del siglo XVI, y los esgrafiados de esta galería, que fueron reproducidos con éxito utilizando el denominado ‘esgrafiado con acabado en cal’.


Fomentar la creatividad de los futuros especialistas en revestimientos murales


El Ciclo Formativo de Grado Medio de Revestimientos Murales que imparte la Escuela de Arte y Superior de Diseño ‘Casa de los Picos’ está orientado a la formación de profesionales capaces de realizar todo tipo de revestimientos decorativos, que sirvan para mejorar el aspecto tanto externo como interno de edificios. En concreto, la técnica del esgrafiado se trabaja desde el primer curso del ciclo, con el estudio de la parte teórica que posteriormente se practica durante el segundo curso.


Con este ciclo se pretende llegar a un alto conocimiento de la realización de revestimientos y la técnica a utilizar en cada caso, así como del tratamiento de los distintos materiales y del uso del utillaje necesario.


Al finalizar los estudios, los alumnos obtienen el título de Técnico de Artes Plásticas y Diseño en Revestimientos Murales con el que, además de acreditar su formación en este ámbito profesional, si desean continuar sus estudios, tienen acceso directo para cursar Bachillerato en la modalidad de Artes.

Comentarios