Castilla y León, ideal para los amantes del slow tourism

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Si Castilla y León ha sido desde siempre un atractivo destino para quienes quieren desconectar algo de las grandes ciudades en las que vive la mayoría de la población, no podemos perder de vista tampoco cómo, ahora mismo, se trata de un lugar magnífico para el turismo rural o “slow”.


En efecto, son incontables las razones y los motivos por los que podemos recomendar al viajero que opte por Castilla y León para su próxima escapada, aunque en esta ocasión en particular vamos a detenernos en aquellos que consideramos que son imprescindibles al organizar un itinerario.


Y demás está decir que no nos centraremos únicamente en la historia, la cultura y la gastronomía, presentes a cada paso que damos en esta parte del territorio español, sino que también habrá tiempo para esas maravillas en las que el hombre no ha intervenido, o apenas lo ha hecho, como por caso las piscinas naturales Segovia, que son reclamo constante de los visitantes, más aún en verano.


¿Qué ver en Segovia?


Si nos atenemos al recorrido principal que suelen hacer los turistas, podemos decir entonces que en Segovia tienes que ver la Calle Real, completando el trayecto de lado a lado, para encontrarte con una de esas sorpresas que seguramente te llevarás a casa si nunca antes anduviste por esta zona.


Estamos refiriéndonos a la gastronomía local, que ha ganado tanta repercusión últimamente, que ya tenemos plataformas para encontrar restaurantes locales sostenibles, entre ellas Dónde Comer Sano.


Con el estómago lleno, la caminata puede seguir con el Acueducto, el símbolo máximo de Segovia, que fuera construido en el siglo II, y considerado uno de los mejor conservados de todo el mundo. Posee casi 30 metros de altura y 167 arcos que se hacen interminables a los ojos, con un Alcázar ubicado sobre la colina, entre los ríos Eresma y Clamores, un fondo ideal para tus fotografías.


La Catedral tampoco debería pasar desapercibida, y la hallarás enseguida porque está enfrente de la Plaza Mayor, una costumbre de la época que nos permite, en esta oportunidad, conocer una obra estilo gótico, que fuera construida entre los siglos XVI y XVIII, y aún muy bien preservada.


No te olvides de los pueblos


Pero si ya has ido al centro, o quieres aprovechar para hacer también un poco de “slow tourism”, disfrutando de la velocidad menor con la que se vive en los parajes rurales, entonces debemos aconsejarte que salgas a la carretera y frenes en algunos de los pueblos bonitos de Segovia.


Ayllón


Esta villa medieval reconocida como Conjunto Histórico-Artístico, a 140 kilómetros de Madrid, resulta perfecta para quienes quieran desconectar un poco de la rutina, y pasear entre sus calles, hasta llegar al Palacio de los Contreras, de un antiguo pero impecable interior.


Sepúlveda


Este pueblo precioso, con una población de menos de mil personas, nos espera con puntos básicos, como la Iglesia de El Salvador, del siglo XI, de arquitectura gótica y con la nave lejos de la torre. Dentro del casco antiguo, tienes la Puerta del Azogue y la Iglesia de los Santos Justo y Pastor.

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